5 ideas para animar a una persona triste

Apoyar a un triste es más fácil de lo que imaginas

antonio vazquez
6 min readJul 21, 2020
Photo by Kelly Sikkema on Unsplash

La gente piensa que estar triste es lo mismo que estar pendejo. De otra manera no encuentro una explicación lógica al consejo más utilizado para animar personas desde tiempos inmemorables: échale ganas.

Para ser justos, ellos no tienen la culpa. Los tristes suelen hacer cosas estúpidas y sin sentido, por el simple hecho de sentirse con el alma hecha pedazos.

Nadie nos enseña a lidiar con la tristeza, del mismo modo que no nos enseñan a tratar con la gente triste. Salte a distraer, a conocer gente nueva, te dicen. Pero lo que no saben es que a veces no soportas ni a los que conoces, ¿cómo hacerle para tolerar gente nueva? ¿Cómo rompes el hielo cuando una taquillera del metro sonríe más veces que tú a lo largo del día?

Quizá negamos la tristeza porque enfrentarla es aceptarla, y nada es más pecaminoso en estos tiempos que sentirse triste. Pareciera que siempre hay alguien que tiene mejores razones que tú para sentirse chiquitito en un mundote tan grandote.

Perderle el miedo sería el primer paso. La tristeza es normal y aparece cada que nos rompen el alma. Ya sea por una pérdida, o al atravesar por una situación adversa. Aceptar que tu amigo, conocido o familiar está triste, es un buen comienzo para tratarlo como adulto funcional y no como pendejo. Aplica también si el que se está tratando como si fuera pendejo eres tú mismo.

Si quieres hacer algo extra para ayudarlo (o ayudarte) a lidiar con el mal momento, he aquí cinco consejos que seguro te servirán para apoyar durante esta mala etapa. Sé ese amigo que todos queremos tener.

Escúchalo y déjalo desahogarse, aunque siempre repita lo mismo.

Poner atención a los propios pensamientos sirve mucho para sobreponerse a esos días en que sientes que el mundo es una basura. Pareciera algo sencillo, pero es en realidad más complejo de lo que suena. De entrada, todo el tiempo estamos rodeados de estímulos que llaman la atención y evitan poner atención a los propios pensamientos. Trato de escucharme pero ya me interrumpió un chiste que leí en Twitter. Y cuando no me están distrayendo unos perros momazos, son los otros tantos pensamientos diarios los que roban mi atención a lo largo del día.

Sólo al platicar con otra persona nos es posible hilar una idea completa sin interrumpirnos. Y es en ese monólogo disfrazado de conversación descubres que todas tus pláticas y temas de conversación están relacionados al mismo tema. No es posile dejar de hablar de lo mismo, porque sigue doliendo. A veces más, a veces menos, pero sigue ahí. Platicarlo te da la oportunidad de escucharte y, de alguna forma, darte oportunidad de sentirlo, para después llorarlo. Y nada como la sensación de alivio después de una buena lloradita.

Claramente ir a terapia es una mucho mejor solución, pero no todo el mundo tiene la posibilidad de pagarla, ni todo el mundo tiene la disposición para hacerlo.

Tú no entiendes su dolor, aunque hayas pasado algo similar.

Quizá haya a quien le funcione ponerse una borrachera épica el fin de semana y tiene sentido. Por alguna razón, conectar con la tristeza de otros nos ayuda a sentirnos mejor. Entonces se arma esa reunión con música dolida hasta las 10 de la mañana del día siguiente, que finaliza hasta que el sentimental se queda dormido en el baño. Y como te funcionó a ti, piensas que será útil para todos.

Cada cabeza es un mundo, y cada situación es diferente. La forma en cómo lidiamos con el dolor no tiene por qué ser igual para cada persona, del mismo modo que no funcionan los mismos atajos para hacerle frente a la tristeza. Puede que haya quién se ponga peor al día siguiente de meterse un doce de caguamas, pues ahora deberá lidiar con la sensación de pérdida y ansiedad aumentada, culpa del tremendo crudón que se carga.

No, no entiendes su dolor, porque no eres la misma persona. Evita decirlo y mejor…

Mándale memes.

Entiendo que es muy difícil lidiar con una persona triste porque yo mismo soy pésimo para hacerlo. Una vez un amigo se la pasó hablando durante la comida sobre un conocido suyo que se suicidó unos días antes. Le notaba conmocionado, a punto de las lágrimas un par de veces. Cuando terminó su relato, mi única respuesta fue: “Pues así las cosas, mi estimado, así las cosas”.

No es sólo el hecho de ser torpe al tratar con un triste, es también un tema de cuidado propio. Y es que, seamos honestos, tratar con una persona triste es bien desgastante. Casi como tratar de argumentar con alguien de más de treinta años que sigue idolatrando al Ché Guevara.

Dado que no es tu responsabilidad levantar del piso a esa persona triste, pero quieres ser una ayuda para que recupere la salud emocional, algo que podría funcionar es simplemente mandarle memes. Reír para que el dolor pese menos siempre será un gran alivio.

Recuérdale que es normal estar triste y que deseas que pase pronto su mal momento.

Cuando recién murió mi papá olvidaba con frecuencia que era normal estar triste. Me sentía ridículo por seguir sintiendo tristeza, porque en mi muy pendejo razonamiento, después de un par de meses ya debía sentirme al cien. Que lo normal debería ser despertar cada día como si nada hubiera pasado para seguir con mi vida, feliz y campante.

Si alguien más me contara esto, le diría que está loco. Que el tiempo no es la medida más justa para que una herida siga doliendo, y que no existe una vara que determine qué es normal y que no lo es en momentos de dolor tan profundo. Pero cuando lo vives, y eres tú el de la tristeza, es muy fácil olvidarlo. Te puedes volver muy tirano contigo mismo estando triste.

Escuchar y recordar que es normal sentir tristeza es reconfortante. Cuando algún amigo me lo recordaba, volvía a sentirme tranquilo. No estaba exagerando en estar triste, al contrario, no me estaba dando chance de sentirlo. Un amigo puede ser el contacto con la realidad que te ayuda a salir adelante en los momentos más oscuros. Recuérdale a tu amigo el que anda tristeando que es normal sentirse así.

Investiga formas de ayudar a una persona triste mientras tu amigo está ocupado estando triste.

La vida de una persona triste suele ser muy ocupada, un estilo de vida casi tan exigente como el de emprendedor que recluta día y noche gente para su nueva estafa piramidal. Cuando no estás distrayendo tu mente para no sentir nada, estás llorando en el sillón implorando porque el dolor pase pronto. Esta vida tan ocupada suele ser tan absorbente que olvidamos existen alternativas para obtener ayuda.

Hay todo tipo de terapias, servicios, apps, y profesionales dedicados a ayudar a personas que están pasando por algún mal momento, pero como todo, lo ignoramos hasta que una necesidad nos hace prestar atención a su presencia.

Para mi buena suerte, mi terapeuta atendió por teléfono incluso en pandemi y fue de gran ayuda, sobre todo en los días donde me sentía más apachurrado que ex estrella de Televisa ignorado hasta por el Tv Notas. Cada que puedo le comparto su teléfono a cualquiera que me platica que se ha sentido mal, triste o bajoneada en estos días. Haz lo mismo, investiga formas de ayudar a tu familiar o amigo de forma profesional, le será de gran ayuda.

Recuerda que a veces la tristeza distrae tanto, que hasta olvidamos salvarnos.

--

--